Desarrollo curricular por competencias

Desde que se comenzó con el Desarrollo Curricular se han generado diversos cambios a través del tiempo, cambios que si bien han sido significativos, dentro de la época en que se implementaron, no es menos cierto que también el tiempo ha demostrado que han sido insuficientes puesto que se necesitaba seguir mejorando el currículo respectivo. Es así como entran a protagonizar nuevas propuestas curriculares, sobretodo propuestas que intentan hacerle frente a la nueva era de la información que ha revolucionado con sus cambios a la sociedad, por tanto, estas propuestas curriculares invitan a revisar y desarrollar el currículo actual con el objetivo de renovar la escuela y transformar la llamada educación del siglo XXI. Dentro de estas nuevas propuestas, y la que se considerara en este texto, está el Currículo por Competencias. Sin embargo, antes de hablar de dicha propuesta resulta conveniente revisar la relación del Currículo con la Investigación, para ello podemos citar el documento denominado “Desarrollo curricular por competencias apoyado en la investigación” (Transformación Curricular de los Estudios de Postgrado en la UPEL): “… [El currículo] al concebirlo como un proceso de investigación, creación y desarrollo continuo, se convierte en el eje integrador de las funciones universitarias que logra su concreción en escenarios de aprendizaje que compete a la construcción colectiva”. En palabras más especificas, la investigación insertada en el currículo favorece los nexos de conocimiento con la realidad social y su aplicación pedagógica. Como podemos notar, la investigación va contribuir a la relación entre el currículo y la realidad social, justo esta relación en combinación con otros elementos van a dar lugar al ya nombrado Currículo por Competencias. ¿Cuál es la idea de este currículo? Para poder comprenderlo vamos a revisar el concepto de competencias claves o competencias básicas expuesto por Ángel Pérez Gómez en su presentación “Competencia y Currículo: Transformar el currículo para reinventar la escuela” (2007) realizada en el marco del IV Congreso Regional de Educación de Cantabria. Según Pérez Gómez, “las competencias claves son la capacidad de responder a demandas complejas y llevar a cabo tareas diversas de forma adecuada en torno a contextos y a demandas claves. Supone una combinación de habilidades prácticas de conocimientos sustantivos, de valores éticos, de aptitudes, de emociones y de otros componentes sociales y de comportamiento que se movilizan conjuntamente para lograr una acción adecuada y eficaz”. Como se puede notar es un término holístico, multidimensional. ¿Por qué es esto? Porque las competencias son sistemas abiertos, donde todos los elementos están interrelacionados, y donde el todo es mucho más que la suma de las partes. Además, como sistema complejo, las competencias abarcan conocimientos, valores, disposiciones o actitudes, emociones… todo el conjunto que compone al individuo. Pérez Gómez afirma: “El aprendizaje, más que acto individual, es un proceso que se desarrolla en concretas situaciones sociales”. Es por ello que las competencias son multidimensionales, pues actúan con contextos concretos. Él hace muchísimo énfasis en la importancia de las disposiciones o actitudes, importancia que radica en hacer que la capacidad se convierta en acción, pues no hay competencia si no hay disposición. “Tan importante como los conocimientos, son las actitudes”, dice. Básicamente, las competencias son sistemas complejos de saber, de saber hacer, de querer hacer. Se busca lograr que los alumnos sepan, que sepan hacer y sepan aplicar y que quieran aprender, desarrollar, aplicar, etc. ¿Por qué es necesario transformar la escuela? Resulta importante enmendar las fallas que aún persisten en la escuela como, por ejemplo, el tema de la memorización. El conocimiento no llega por la capacidad de memorizar hechos aislados, el conocimiento llega por la capacidad de razonar, es ella la que da utilidad a una información para proyectarnos en una interpretación. Si se memoriza puede haber éxito académico, pero habrá fracaso educativo y social. Por otro lado, el conocimiento en la escuela debe tener un valor de uso y no sólo de cambio por notas. Además, a esto debe añadirse lo dicho por Manuel Castells, citado por Pérez Gómez, ésta “más que una época de cambios, es un cambio de época”. Las necesidades cambiaron, ahora existen nuevas exigencias de la sociedad contemporánea (sociedad de la información), por tanto, al tener cambios sustanciales se necesitan respuestas sustanciales. En definitiva, el currículo debe nutrirse de los problemas actuales, de la complejidad de los problemas actuales, de los contextos reales, pero utilizando instrumentos distintos, procedimientos distintos. El uso de nuevas estrategias e iniciativas contribuirán a mejorar el capital humano y, por ende, a mejorar a la sociedad.

Waldylei Yépez

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