Teoría del Narrador: “No oyes ladrar los perros” de Juan Rulfo

No oyes ladrar los perros

Si —>

Nudo —>

Desenlace —>

Sf

El padre lleva al hijo en hombros rumbo a Tonaya. Discute con el hijo, y él va herido sobre sus hombros. Llegan al pueblo y el padre escucha los ladridos de perros al quitarse al hijo de los hombros. El padre le reprocha al hijo no haberle ayudado con la esperanza que tenía.

Si: Situación inicial. Sf: Situación final.

Clasificación del Narrador según el criterio aplicado al texto de Juan Rulfo

1° Criterio: Narrador como figura.

Corresponde al Narrador No Representado dentro de esta clasificación, nada de lo que da a conocer corresponde a sí mismo. Además, pertenece al subtipo de Narrador objetivo pues relata desde una focalización externa.

Ejemplo:

«La sombra larga y negra de los hombres siguió moviéndose de arriba abajo, trepándose a las piedras, disminuyendo y creciendo según avanzaba por la orilla del arroyo. Era una sola sombra, tambaleante».

2° Criterio: Según el grado de conocimiento.

En este caso, estamos en presencia de Omnisciencia relativa puesto que el narrador no conoce toda la información, sino que a través de los comentarios de los personajes podemos conocer más sobre el relato.

Ejemplo:

«Él apretaba los dientes para no morderse la lengua y cuando acababa aquello le preguntaba:

– ¿Te duele mucho?

– Algo – Contestaba él».

3° Criterio: Según la elaboración de los hechos.

Encontramos un Mínimo grado de elaboración de los hechos, esto se debe a que el narrador sólo se encarga de presentar los hechos y no entrega interpretaciones sobre lo que relata.

Ejemplo:

«La luna iba subiendo, casi azul, sobre un cielo claro. La cara del viejo, mojada en sudor, se llenó de luz. Escondió los ojos para no mirar de frente, ya que no podía agachar la cabeza agarrotada entre las manos de su hijo».

4° Criterio: Según la manera de entregar el mundo.

La dirección en que el narrador da a conocer los objetos y el mundo narrado es Diegética, puesto que da a conocer los hechos que ocurren en el relato pero de manera cerrada, es decir que sólo se preocupa de la descripción del mundo representado.

Ejemplo:

«Allí estaba ya el pueblo. Vio brillar los tejados bajo la luz de la luna. Tuvo la impresión de que lo aplastaba el peso de su hijo al sentir que las corvas se le doblaban en el último esfuerzo. Al llegar al primer tejabán, se recostó sobre el pretil de la acera y soltó el cuerpo, flojo, como si lo hubieran descoyuntado.

Destrabó difícilmente los dedos con que su hijo había venido sosteniéndose de su cuello y, al quedar libre, oyó cómo por todas partes ladraban los perros».

Waldylei Yépez

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